Se hacen las 4 de la tarde, miro el reloj, la aguja de los segundos se mueve tan lentamente que ni me percato del paso del tiempo. Miro por la ventana, hace aire y me muero de calor, me sacudo la camiseta en un intento de evitar sofocarme, saco una partitura de piano, y empiezo a tocar, las primeras notas me suenan a monotonía, no hay nada nuevo, ni nada especial en ellas, no siento inspiración, me acuesto en la cama, me revuelco un par de veces pensando qué me gustaría hacer, y sorprendentemente no encuentro nada, rebusco en mis cajones, aquellos que hacía tiempo que no habría, una brisa de recuerdos me invaden las pupilas, encuentro una agenda donde apuntaba los teléfonos de aquellos amigos de la infancia, y de algunos no tan lejanos.
Empiezo a leer nombres, todos me producen un pellizco de nostalgia pero ninguno me obliga a echar de menos. Hasta que llego a esos amigos, esos que sólo hacia un año y medio que no veía, y sí que los echaba en falta, aquellos que por casualidades de la vida encontré, leo lentamente cada nombre de los pocos que formaban ese círculo de amistad compartida y cojo el móvil, me pregunto: ¿los llamo?, sonrío ante la idea, sin embargo, con mi alto poder de pesimismo pienso, podrán haberse olvidado un poco de mi, así que dudo, pero yo creo que tras tropezarme varias veces con mi misma piedra, paso de mi cabeza como debo hacer varias veces y la mando a tomar por culo, cojo el teléfono y marco el número de uno de ellos, cuando voy a pulsar aquel botón verde, el de llamar,
El teléfono empieza a vibrar en mis manos y suena aquella canción que tanto me gustaba, aquella que como catetos nos motivaba a hacer cosas, miro el número, “aish, quien será”, digo en voz baja, “no puede ser” pienso para mis adentros, el mismo número que había marcado me estaba llamando, bah un error del móvil, me quedo mirándolo un rato, y descuelgo lentamente:
- diga – pronuncio con un tono de sorpresa e intriga.
- Ivaanxuuu, que pasa, anda que no hace tiempo que no te vemos, vente aquí pal parque anda, que estamos aquí sorprendentemente todos reunidos, bueno, todos no, faltas tú – aparentemente, hablaba con un tono de alegría, con la misma confianza y amabilidad, como si ayer mismo, hubiéramos estado hablando.
Cojo la primera camiseta y pantalones que pillo, me los pongo y salgo de mi casa, llego a aquel parque, reviso con la mirada antes de llegar cada una de las figuras que estaban ahí reunidas, ¿esperándome?, uoh…
- hombreeeee, por fin has llegado, aii que ver siempre llegando tarde ehh – me dijo uno de ellos con una risa burlona, posteriormente, un palo en la espalda, y un abrazo.
Tampoco era plan de expresar toda la alegría que me producía ese momento, así que disimulé diciendo tonterías, tonterías que entre amigos se entienden perfectamente, no hace falta ser claro y preciso.
Cada uno de ellos me saludó de forma amistosa, y recordando detalles del pasado que no se habían perdido lo más mínimo, parecía como si siguiéramos viéndonos todos los días, yo inevitablemente estaba confuso…
- bueno que, te pensabas que nos habíamos olvidado de ti ehh, la verdad que un poco, que nooo, que es coñaa, jaja – la confianza y la amistad con cada uno no se había perdido en ningún grado.
-¿Y ahora que hacemos?- pregunta uno.
- lo que vosotros veáis- contesto con una gran risa.
Como 4 amigos de la infancia, como 4 amigos de la vejez, como unos amigos que habían recorrido un destino diferente pero por el mismo sendero, allí estábamos, no me preguntaba un cómo, ni un porqué, el motivo, el modo, la causa, no importaban en ese momento, ahí estábamos todos reunidos, como cualquier otro día del pasado,…
Por mucho que el mundo cambiara, por mucho que nuestras vidas cambiaran, si a nosotros no nos daba la gana de cambiar, no lo haríamos, y eso es algo que solamente pude comprender, en ese mismo instante…
Después de tanto tiempo desaparecido da gusto leer algo tuyo. me gusta la historia... lo que significa. hace unos meses creo que te dije algo parecido. es una pena que ya no piense como antes... claramente las situaciones cambian.
ResponderEliminarya... por eso mismo hay que volver a pensar de manera distinta y positiva, aunque cueste creer lo que escribes. si las situaciones cambian solo nos queda adaptarnos a ellas...
ResponderEliminarMe ha encantado este relato.
ResponderEliminarHace tiempo que me pasado por aquí y lo he leído, pero no he comentado.
Hoy me vuelvo a pasar, y sinceramente no sé por qué razón ya no vuelves a publicar, tus relatos son buenos, sigue adelante.
Saludos de una joven princesa :)