Era sábado por la noche, un día mas de salida nocturna, nos encontrábamos en la puerta de un PUB, acabábamos de salir de él, como siempre se acercaba la situación que mas me incomodaba de estas típicas noches.
-¿qué hacemos ahora?- se aventuró a decir el que mas frío tenía.
- pues lo que sea pero que no haya frío…- aportó tiritando otra.
A mi me daba igual a que sitio ir, qué hacer, era una de esas noches en la que desgraciadamente te encuentras en estado de shock, pensativo, pero ausente.
Nos dirigimos hacia un nuevo pub, el mas cercano que había, el portero empezó a pedir su carnet en la forma mas amable que lo suelen hacer, yo saqué el mío, pasaron todos mis amigos y cuando me dirigí a pasar yo, como no, me impidió el paso; Tampoco me paré mucho a discutirle, total, tampoco iba a hacer mucho alli dentro, no obstante, ningún amigo se había fijado en que faltaba alguien, a lo mejor no muy importante, pero alguien, como por ejemplo yo!!... me di media vuelta vi la calle y la seguí, me pregunté que hacer, simplemente me dirigí al primer parque que vi, y me senté en un banco.
Al poco rato de estar allí sentado, oí a alguien discutir, cuando llegué a asomarme solamente pude ver a un chico marcharse y una chica sentada desconsolada, mis oídos pudieron detectar cada llanto perfectamente y mi vista sus lágrimas caer al suelo, me acerqué…
- perdona, emm, ¿qué te pasa?...le dije con un tono de delicadeza
- nada no te preocupes, estoy bien...
- bueno, pues desgraciadamente te as encontrado con un chico que no soporta ver llorar a la gente, asi que, jajaja- intenté consolarla, al menos al grado que pude...
- Y tú, ¿qué haces por aquí solo?
- Pues la verdad que mi caso es peor que el tuyo, mis amigos me han dejado tirado, bueno, que no he entrado a un sitio y no han venido a por mi, en fin, se habrán olvidado.- no quise expresarlo pero la verdad que para no engañarnos, estaba dolido.
- Si esto fuera un concurso de dar pena, estaríamos empatados- me extendió la mano.
Se la estreché con delicadeza, nos presentamos; Ana me dijo que se llamaba…
Nos quedamos unos minutos sin hablar, solamente pensando o simplemente pasando el tiempo.
- ¿Te vienes a dar una vuelta?- me aventuré a preguntarle.
sin responder se bajó del banco y empezó a andar, yo no sabía a donde íbamos pero la seguí, cuando llegué a su lado su cara cambió de carácter y me dijo:
- Hemos cortado sabes… después de 5 meses, que para mí han sido una eternidad a su lado, pensaba que éramos felices pero…supongo que solo era un pensamiento.
Al principio no sabía qué responder, me basé en mi propia experiencia y le dije:
- La verdad es que en estos casos no puedo aconsejarte, no he tenido la suerte, o mala suerte, de tener a alguien con quien compartir las tardes, con quien hablar esas noches solitarias…
Me miró con cara de compasión.
- Tampoco te pierdes mucho eh, todo es muy bonito al principio, pero luego se convierte en rutina y no queda lo que había en un principio.
- Pues la verdad que no entiendo el porqué, tampoco podré opinar mucho, pero no entiendo como puede dejarte una persona que supuestamente te quiso, yo nunca haría algo así, no te conozco y ya sé que te mereces a alguien que te valore, alguien que te mire a los ojos, a veces hasta que pueda ver a través de ellos, que se de cuenta como tiemblas cuando su distancia se acorta, solamente darse cuenta… - después de decir algo así, lógicamente aparté la mirada, me sentía vergonzoso, pero real.
Me miró, no se daba cuenta de que me estaba dando cuenta que lo estaba haciendo, no obstante tampoco le importaba, sonrió, me cogió de la mano entrelazando nuestros dedos, se encogió a causa del frío y se acercó mas a mi. Me estremecí al sentir su mano que temblaba, me sentí absorto, sin embargo, de la mejor forma que me podía sentir en toda mi vida, no dije nada simplemente continuamos caminando.
No creo en el destino pero ahí estábamos ella y yo, solos, caminando el sendero que la vida nos había marcado dejando de lado todas las preocupaciones.